You are the Dancing Queen
Pasar la noche del sábado en un espectáculo de drag-queens en pleno hutong de Beijing, es algo que no le sucede a mucha gente. Pero allí acabamos después de patearnos el laberinto de callejuelas sinuosas y después de haber cenado por dos duros en un restaurante a base de noodles, birras y "paijiu" (o lo que viene a ser lo mismo, licor de lagarto, al que atribuyen propiedades afrodisíacas...)
El local no es ilegal, pero sí el show, y por ello se celebra en la planta de arriba. Pasarela cual Cibeles, desfilan por ella personajes salidos de las profundidades de la ciudad. Todos cantan canciones populares chinas, bailan y lucen sus mejores trajes para un público eminentemente masculino. La madame, un(a) señor(a) gorda vestida de amarillo, es la encargada de presentar a sus chicas. Unos más femeninos que otros, se encargan de dar lo mejor de si para así ganarse el cariño de la clientela y de paso, unos cuantos kwais en el escote que no vendrán nada mal.
A mitad del espectáculo, hacen un pequeño teatrillo en el que sacan a gente del público. En esta ocasión, los "laowai’s" estamos en el punto de mira. No somos frecuentes en este tipo de locales. Los asistentes parecen disfrutar con el diálogo de las dos drag-queens, y estallan en risa cuando acoplan la mano del argentino (con un mandarin principiante) en el paquete de una de ellas. Una lástima no poder entender lo que hablan. Pero igualmente la situación es tan cómica que no puedes más que participar de las risas del público.
Y el espectáculo llega a su fin. Entonces la gente se levanta y se va. Solo vinieron a eso. Salir a la calle y un frio de la muerte. Y la pregunta del millón. ¿Ahora dónde vamos?
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Estrique -
Paulita -