El amante ingenuo
Y llegas tú, desconocido, con aire despistado y mirada cansada.
Sonríes, con unos ojos de los que aquí no se ven.
Se mezclan coincidencias y palabras con el vino.
Cuánta inocencia escondes tras esa boca.
Me hace más punzante mi visión ya pútrida de las cosas.
Y pasan las horas y permaneces ahí, de pie, pensándome.
Alargando nuestra existencia a un futuro que no existe.
Confundiéndome quién sabe de qué manera.
Con tu mano en mi cara y tu salvación en las mías.
Que en el tiempo en que tarda en salir el sol ya nos sabemos de sobra.
Sí.
Yo quiero volver allí.
De donde tú todavía no has salido.
4 comentarios
maliya -
Anónimo -
Anónimo -
Y con palabras de ardiente convicción,
Salvé tu alma caída y tú,
Repleta de dolor,y retorciéndote las manos,maldecías,
Aquel destino que te perdió;
Cuando urgando en la conciencia dormida,
Y erigiendo el recuerdo en juez,
Me relataste tu atroz pasado,
Cubriéndote el rostro entero,
Sumida en horror y espanto,
Rompiste de pronto en sollozos de indignación y estupor.
Jorge ( chan ) -
En el corazón tenía
la espina de una pasión.
Logré arrancármela un día,
ya no siento el corazón.
Aguda espina dorada,
¡quién te pudiera sentir
en el corazón clavada