La vuelta al trueque: la eterna utopía
Desde que el americano Kyle McDonald consiguiera canjear un simple clip (a través de trueques sucesivos) por una casa en Canadá en tan solo un año, muchos son los que quieren seguir sus pasos y conseguir su preciado tesoro. Las páginas web donde poder repetir el milagro se multiplican en la red y por supuesto en China ya están haciendo furor. En mayo de este año se creó comhuan.com y hasta la fecha se han intercambiado más de 92.000 objetos y es visitado diariamente por unos dos millones de chinos.
El milagro:
McDonald creó una web y ofreció un clip, que alguien se lo cambió por un bolígrafo con forma de pez, que alguien se lo cambió por un pomo de cerámica, y así por una barbacoa eléctrica, un generador, un barril de cerveza con un neón luminoso de Budweisser, una moto de nieve, un viaje con todos los gastos pagados a Yakh en British Columbia, una minicaravana, un contrato de hora y media de grabación en Sony-BMG, un año de alquiler gratis, una tarde con Alice Cooper, una bola de cristal de KISS, un papel en la película "Donna on demand" y finalmente por una casa de dos plantas en Canadá.
Es un nuevo resurgir del trueque, en una forma moderna y computerizada, que ya tuvo sus comienzos a mitad de los noventa en America Latina como alternativa a una economía que deja de lado a mucha gente.
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