Arena y no de playa
Esta mañana al salir de casa me di cuenta de que el cielo y donde fuera que mirara era de color marrón. "Lunes y marrón", pensé. Sin duda no motiva mucho a salir de la cama... Y una vez más volví a maldecir la polución tan increible que sufre este país.
Pero miré al suelo y vi... arena? y mucha. Eso era, las famosas tormentas de arena de las que ya me habían hablado. Por si teníamos poco con el frío bajo cero, la nieve que solo ensucia, las no primaveras ni otoños, el aire seco que te cuartea la piel, la contaminación que no te deja ver el sol, el viento o el calor de chicharra que entra sin avisar. Según me dicen, marzo y abril son los meses álgidos. A partir de mayo en Beijing suele llover y la vegetación hace decrecer la formación de estas tormentas.
Cuando el año pasado me hablaban de las tormentas de arena, yo me imaginaba un día de fuerza 8 en el Estrecho y pensaba que tampoco sería para tanto un poco de arena de aquí para allá, sobre todo si estás vestido. Sin embargo aqui ocasionan muchas molestias en la vida cotidiana, porque no es solo arena lo que mueve el aire. Al salir a la calle, ves a las mujeres como se cubren el rostro con pañuelos y utilizan paraguas para no verse envueltas en gruesas capas de color amarillento. Y los chinos barriendo las calles hacen todavía más insoportable andar hacia el trabajo. Además, las tormentas de arena, con aire cargado de polvo, provocan ataques de alergia y dolor de garganta, algo que sin duda no me vendrá nada bien.
Y toda esa arena, ¿de dónde viene? Mongolia y las regiones autónomas chinas de Xinjiang, Ningxia y Mongolia Interior, son los principales lugares de procedencia. En estas regiones se encuentran desiertos como el de Gobi (Mongolia) o el de Taklamakan en Xinjiang, el desierto que cruzó Marco Polo. Pero además, durante las últimas décadas se ha formado a sólo 70 kilómetros de Beijing un trozo de desierto que domina la capital del país.
En los últimos años, el gobierno chino ha desplegado una serie de actividades encaminadas a controlar y prevenir la desertización de la zona. Se proponen básicamente frenar, al llegar el año 2010, la tendencia al crecimiento de la superficie desértica. Y de acuerdo con sus cálculos, hasta el 2030, si las condiciones económicas y tecnológicas lo permiten, la superficie total de las zonas desérticas empezará a reducirse, de modo que el 2050 quedará resuelto completamente el problema.
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6 comentarios
Estrique -
Ganamo -
Gracias por el homenaje! Tengo planes de revivir mi fotolog. Seguire informando.
harker -
en agosto me voy a visitar al pechuga. y este jueves empiezo el curso CECOso
Estrique -
XXX -
Ana -
En fin...